viernes, 5 de noviembre de 2010

ODA A LA MIRADA
Cuando nací tú fuiste lo primero que conocí, en el rostro de mi madre encontré por primera vez en mi vida, la dulzura del amor.
Dios te concedió a ti el poder de revelas la sinceridad de las palabras y abrir el mundo de los sentimientos.
Eres hermosa y dulce, pero sólo tú puedes destruir un alma con una llama ardiente de dolor.
Que bella eres, pues tú no necesitas de colores, ni pestañas largas pues estas sólo te sirven de adorno, con el brillo que te ha sido concedido eres hermosa y es tu luz la que ilumina la luna y no ella a ti.
Las palabras se tornan innecesarias en comparación tuya, tú me has dejado saber todo lo que necesito.
Y a ti amor, Nos hemos de reconocer en ella, cuando nuestras miradas se encuentre y la instantaneidad de un momento conozca la eternidad.
Eres una belleza que Dios complemento en todos, y ya conocida la frase, la ventana al interior.
Y así como me invitaste a conocer este mundo, me despedirás, cuando mis fuerzas se acaben y yo no conozca más la hermosura del firmamento y no permita conocer el paraíso al que ya he de haber llegado entonces. Y aunque en mi te termines serás perpetua, nuestra eterna libertad, que nos has hecho esclavos a todos de la sinceridad…en el momento en el que te diste a conocer.
AUTOR: ARIANNA OLMOS

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